
Las clases presenciales, se habían suspendido, la Universidad había perdido su ritmo habitual, sus espacios estaban vacíos y pocos estudiantes quedaban en la residencia. Entre los pocos residentes del Campus de Villafranca estaban Munir Aboulkeir, Camilo Chaverra, Khan Alkozee, Amrou y Lutfullah Salimi que seguían asistiendo a sus clases online.

Las redes sociales funcionaban a un ritmo vertiginoso con noticias sobre el Covid-19, y entre bulos, consejos y memes comenzamos a recibir noticias sobre cómo colaborar para paliar esta crisis. Las ONG, las universidades, las empresas se convertían en semilleros de proyectos para cubrir las necesidades que iban surgiendo.
Uno de estos mensajes llega a las manos de Alejandro Delso, Gerente de Proyectos de la Institución Educativa SEK, que en seguida vio el camino para poder incluir a la UCJC en una de las plataformas ciudadanas que han surgido de manera espontánea.
Nuestro alumnado se uniría a las más de 15.000 personas voluntarias formando la Plataforma Makers Co Vida Contra Coronavirus, y darían un buen uso a las impresoras 3D que el aislamiento había dejado arrumbadas en el laboratorio.
Tal y como Lutfullah Salimi nos cuenta, los primeros pasos fueron los más difíciles, ya que ninguno de los alumnos había tenido contacto anteriormente con dichas impresoras. Las instrucciones para imprimir las viseras llegaban por Telegram, los más avanzados en la materia, que se encargaron de enviar lo archivos con el diseño de las mascarillas homologadas. La configuración de las impresoras fue la mayor dificultad y una vez superada comenzó la producción, contando para ello con un equipo de la UCJC formado por 4 alumnos organizados por turnos.

Una de las características de esta iniciativa, como otras muchas que surgen para colaborar en la lucha contra el COVID-19, es el trabajo en comunidad:
“En cada zona, hay un grupo de personas que colaboran en ese proyecto. Por ejemplo, en Villanueva de la Cañada hay como 8 o 9 personas que tienen impresoras 3d y están imprimiendo. Compartimos un archivo de Excel, que vamos actualizando cada vez que tenemos 15 mascarillas creadas.” nos dice Lutfullah.
Ya estaban realizadas las 15 primeras mascarillas. La policía se encargó de recogerlas y hacérselas llegar a los compañeros que estaban realizando las pantallas.


Una vez armadas se hacieron llegar a las distintas instituciones según las necesidades del momento. Ahora mismo Villanueva de la Cañada, Brunete y el hospital de Majadahonda están cubiertos, así que nuestras mascarillas se envían a la zona sur y a la sierra madrileña.
La producción no para, nuestros alumnos siguen trabajando mientras el material alcance y haya necesidad. Y aunque es una situación que no hubiéramos deseado, podemos estar orgullosos de los resultados, en palabras de nuestro alumno:
“Es un apoyo que estamos haciendo, poniendo nuestro granito de arena estamos satisfechos, y se siente muy bien, colaborar en proyectos así”

Las nuestras son “Gracias equipo por vuestro trabajo”.